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Joaquín Sorolla (1863-1923) fue un pintor español conocido por sus espléndidas obras que capturan la luz y la belleza de la naturaleza, especialmente del mar. Nacido en Valencia, Sorolla mostró desde joven un talento excepcional para la pintura y recibió su formación artística en la Escuela de Bellas Artes de Valencia.

A lo largo de su carrera, Sorolla viajó por toda Europa y América, pero siempre regresaba a su amada Valencia, donde encontraba inspiración en los paisajes mediterráneos y en la vida cotidiana de sus habitantes.

Sus obras se caracterizan por la luminosidad y el realismo de sus colores, así como por la precisión en la captura de los detalles. Sorolla solía pintar al aire libre, en contacto directo con la naturaleza, lo que le permitía plasmar la frescura y la vitalidad de sus escenas marinas.

Uno de los temas recurrentes en la obra de Sorolla es el mar, que pintaba en todas sus facetas: desde la calma y la serenidad de las aguas tranquilas hasta la fuerza y la majestuosidad de las olas rompiendo en la orilla. Sus cuadros transmiten una sensación de paz y armonía, invitando al espectador a sumergirse en la belleza de la naturaleza.

Además de su obra marina, Sorolla también destacó en la pintura de retratos y en la representación de escenas costumbristas, mostrando la diversidad y la riqueza de la sociedad de su época. Sus obras reflejan su profundo amor por la vida y su deseo de capturar la esencia de la realidad en cada pincelada.

Joaquín Sorolla es considerado uno de los grandes maestros de la pintura española, admirado tanto por su técnica impecable como por su capacidad para transmitir emociones a través de sus cuadros. Su legado sigue vivo en la actualidad, inspirando a artistas de todo el mundo a capturar la belleza y la luz del mar en sus obras.