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El líder revolucionario francés, Maximilien Robespierre, fue ejecutado en la guillotina el 28 de julio de 1794. Esta fecha marcó el fin de una era turbulenta en la historia de Francia, conocida como el Reinado del Terror.

Robespierre, quien había alcanzado el poder como líder del Comité de Salud Pública durante la Revolución Francesa, había sido una figura polarizante en la política francesa. A lo largo de su mandato, implementó políticas radicales destinadas a deshacerse de los enemigos internos y externos de la revolución.

Sin embargo, su reinado también estuvo marcado por la represión y la brutalidad, con miles de personas siendo ejecutadas en la guillotina durante la época conocida como el Reinado del Terror. La popularidad de Robespierre comenzó a declinar a medida que crecía el descontento con su gobierno autoritario.

Finalmente, el 27 de julio de 1794, Robespierre fue arrestado junto con otros seguidores y llevado a la guillotina al día siguiente. Su ejecución marcó el fin de la Revolución Francesa y el comienzo de una nueva era de estabilidad política en Francia.

A pesar de su controvertido legado, Robespierre sigue siendo recordado como una figura influyente en la historia de Francia y en el desarrollo de la moderna democracia. Su ejecución en la guillotina marcó el fin de una época turbulenta en la historia francesa, pero su influencia en la política y en la sociedad francesa perdura hasta nuestros días.