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Mérida, la capital de la provincia de Badajoz en Extremadura, es una ciudad con una rica historia romana. Fundada en el año 25 a.C. por el emperador César Augusto, la antigua Augusta Emerita fue un importante centro administrativo y cultural en la Hispania romana. Una de las características más distintivas de la ciudad son sus calzadas y vías romanas, que aún hoy en día se pueden admirar y recorrer.

Las calzadas romanas eran vías de comunicación construidas por el imperio romano para facilitar el transporte de mercancías, tropas y personas a lo largo y ancho de su vasto territorio. En Mérida, estas calzadas eran fundamentales para la conectividad con otras ciudades de la península ibérica, como Cáceres, Sevilla o Salamanca, así como con la capital del imperio en Roma.

Una de las calzadas más impresionantes que se conservan en Mérida es la conocida como “Vía de la Plata”. Esta vía romana, que conectaba Mérida con Astorga y que luego se extendía hasta Gijón, era una de las principales rutas comerciales de la Hispania romana. A lo largo de sus más de 800 kilómetros de longitud, la Vía de la Plata pasaba por importantes ciudades romanas como Cáceres, Salamanca, Zamora y León, y se convirtió en un eje central en la comunicación del oeste de la península ibérica.

Otro de los grandes tesoros arqueológicos de Mérida es el Puente Romano sobre el río Guadiana. Construido en el siglo I a.C., este puente de piedra de casi 800 metros de longitud es uno de los puentes romanos más largos que se conservan en España. A lo largo de los siglos, ha sido testigo de innumerables batallas, conquistas y reconquistas, y todavía hoy en día sigue en pie como un símbolo de la ingeniería romana.

Además de las calzadas y puentes romanos, en Mérida también se pueden visitar otros vestigios de la época romana, como el impresionante Teatro Romano, el Anfiteatro, el Circo Romano o el Acueducto de los Milagros. Estos monumentos no solo son testigos de la grandeza de Augusta Emerita en su época, sino que también permiten a los visitantes sumergirse en la historia y la cultura romana.

En resumen, las calzadas y vías romanas en Mérida son un legado invaluable de la época romana en la península ibérica. A través de estos caminos, podemos seguir los pasos de los antiguos romanos y comprender mejor su forma de vida, sus costumbres y su legado. Por tanto, visitar Mérida es viajar en el tiempo y descubrir un pasado fascinante que aún hoy en día sigue vivo en sus calles y monumentos.