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En la Edad Media, los juguetes infantiles eran muy diferentes a los que conocemos en la actualidad. Aunque la falta de tecnología y recursos limitaba las opciones de entretenimiento de los niños de esa época, existían varias formas de diversión que los mantenían entretenidos.

Uno de los juguetes más comunes en la Edad Media eran las muñecas de trapo. Estas muñecas, hechas a mano con retales de tela y rellenas de paja, eran populares entre las niñas y les permitían utilizar su imaginación para recrear escenas y situaciones. También se utilizaban para enseñar a las niñas habilidades como coser y bordar.

Otro juguete popular en la Edad Media eran los juegos de mesa, como el ajedrez, el backgammon y el juego de la oca. Estos juegos no solo eran una forma de entretenimiento, sino que también ayudaban a desarrollar habilidades cognitivas y estratégicas en los niños.

Además, los niños de la Edad Media también jugaban con animales de peluche hechos con restos de tela y rellenos de paja o lana. Estos peluches, a menudo representaban animales de la granja o de la naturaleza, y eran utilizados para jugar a imitar a los animales y crear historias.

Por otro lado, los niños también disfrutaban de juegos al aire libre, como las carreras de sacos, el escondite y el salto de la cuerda. Estas actividades no solo fomentaban la actividad física, sino que también promovían la socialización y el trabajo en equipo entre los niños.

En resumen, los juguetes infantiles de la Edad Media eran simples pero eficaces en cuanto a proporcionar diversión y estimular la imaginación de los niños. A pesar de la falta de recursos y tecnología, los niños de esa época encontraban formas creativas de entretenerse y disfrutar de su infancia.