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Los Caballeros Teutónicos, también conocidos como Teutones, fueron una orden militar religiosa que surgió en el siglo XII durante las Cruzadas en Tierra Santa. Su principal objetivo era la protección de los peregrinos y la lucha contra los enemigos de la cristiandad en la región. A lo largo de los siglos, los Teutones se convirtieron en una de las órdenes militares más importantes de Europa.

La orden de los Caballeros Teutónicos fue fundada en 1190 por un grupo de comerciantes y nobles alemanes en la ciudad de Acre, en el Reino de Jerusalén. Su nombre proviene del término “Teutón”, que hace referencia a los pueblos germánicos que habitaban en la región de la actual Alemania en la Edad Media. Los Teutones adoptaron la regla de los Caballeros Hospitalarios y se dedicaron a la defensa de los territorios cristianos en Tierra Santa.

Tras la pérdida de los territorios cruzados en Oriente Próximo, los Caballeros Teutónicos se trasladaron a Europa, donde se convirtieron en una fuerza militar poderosa. En el siglo XIII, la orden estableció su sede en Prusia, una región en la costa oriental del mar Báltico, donde participaron en la cristianización de las tribus paganas prusianas y bálticas.

Los Teutones también jugaron un papel importante en las Cruzadas en el norte de Europa, donde lucharon contra los paganos y los musulmanes en Livonia y Estonia. En el siglo XV, la orden se enfrentó a la expansión de la República de Polonia y Lituania, lo que condujo a la célebre Batalla de Grunwald en 1410, donde los Teutones fueron derrotados por las fuerzas aliadas polaco-lituanas.

A lo largo de su historia, los Caballeros Teutónicos acumularon una gran riqueza y poder, lo que les permitió establecer un estado teutónico en Prusia. Sin embargo, su dominio en la región llegó a su fin en el siglo XVI, cuando la orden fue disuelta por el rey polaco Segismundo Augusto y sus territorios fueron anexados por Polonia y Lituania.

A pesar de su desaparición como una orden militar activa, los Caballeros Teutónicos perduran hasta nuestros días como una orden de carácter nobiliario y filantrópico, dedicada a la preservación de la historia y la cultura teutónica en Europa. Su legado como defensores de la cristiandad y la civilización occidental sigue siendo recordado y venerado en la actualidad.