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Este mes se cumplen 10 años de la muerte del ex primer ministro de Israel, Ariel Sharon, un líder polémico que dejó una profunda huella en la historia de su país y en el conflicto con Palestina.

Sharon falleció el 11 de enero de 2014 después de permanecer en estado de coma durante ocho años después de sufrir un derrame cerebral. Su fallecimiento marcó el final de la vida de uno de los líderes más controvertidos de la historia reciente de Israel.

Nacido en 1928 en el Mandato Británico de Palestina, Sharon tuvo una larga carrera militar antes de entrar en la política. Participó en numerosas operaciones militares, incluida la guerra de los Seis Días en 1967, donde demostró su habilidad como estratega militar. En 1973, durante la guerra de Yom Kippur, salvó a Israel de una derrota devastadora al liderar una operación audaz en el Sinaí.

Sin embargo, Sharon también estuvo involucrado en acciones controvertidas, como la masacre de Sabra y Shatila en Líbano en 1982, donde cientos de civiles palestinos fueron asesinados por milicias libanesas aliadas a Israel bajo su supervisión como ministro de Defensa.

En 2001, Sharon fue elegido primer ministro de Israel, en un momento de creciente violencia en la región. Durante su mandato, ordenó la construcción del muro de separación en Cisjordania y llevó a cabo la retirada unilateral de la Franja de Gaza en 2005, una decisión que dividió a la sociedad israelí.

Ariel Sharon fue un líder complejo y contradictorio, admirado por algunos como un héroe de guerra y por otros como un criminal de guerra. Su legado sigue siendo objeto de debate en Israel y en la comunidad internacional.

A una década de su muerte, Ariel Sharon es recordado como un líder fuerte y determinado que dejó una marca imborrable en la historia de Israel y en el conflicto con Palestina. Su memoria seguirá siendo motivo de controversia y reflexión por muchos años más.