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Vincent van Gogh y Paul Gauguin son dos de los artistas más reconocidos y admirados en la historia del arte. Ambos pintores impresionistas compartieron una amistad complicada y tempestuosa que culminó en un trágico incidente que marcó la vida de Van Gogh para siempre.

La relación entre Van Gogh y Gauguin comenzó en París en 1886, cuando Gauguin se convirtió en mentor y amigo de Van Gogh, quien en ese momento estaba luchando por encontrar su propio estilo artístico. Los dos pintores tenían personalidades muy diferentes: Van Gogh era impulsivo y emocional, mientras que Gauguin era más tranquilo y reflexivo. A pesar de estas diferencias, compartían una pasión por el arte y una profunda admiración por la naturaleza.

En 1888, Van Gogh invitó a Gauguin a vivir y trabajar juntos en Arles, en el sur de Francia. Durante su tiempo juntos, los dos artistas crearon algunas de sus obras más icónicas, como “La noche estrellada” de Van Gogh y “Mujeres de Tahití” de Gauguin. Sin embargo, la convivencia no fue fácil y surgieron tensiones entre ellos debido a sus diferencias de personalidad y estilo artístico.

La relación entre Van Gogh y Gauguin alcanzó su punto crítico en diciembre de 1888, cuando Van Gogh sufrió un ataque de locura y cortó parte de su oreja izquierda con una navaja. Aunque las circunstancias exactas del incidente siguen siendo objeto de debate, se cree que la disputa entre los dos artistas fue el desencadenante de la tragedia.

Después del incidente, Van Gogh fue hospitalizado y Gauguin decidió abandonar Arles y regresar a París. A pesar de la distancia física, su amistad nunca se recuperó por completo y ambos artistas siguieron caminos separados en sus carreras artísticas.

A pesar de la complicada naturaleza de su relación, la influencia mutua entre Van Gogh y Gauguin en el desarrollo del arte moderno es innegable. Su amistad tumultuosa dejó una huella imborrable en la historia del arte y sigue siendo objeto de fascinación y estudio para los amantes del arte en todo el mundo.